«Me quedo con el cariño que dan y la ternura que transmiten las personas mayores», Elena Sobejano
18/05/2016

El viernes pasado, aprovechando el buen tiempo, salimos al porche del jardín de la Residencia Beloso Alto con Elena Soberano, estudiante de 26 años de tercer año de Trabajo Social. La joven, que lleva unos meses realizando prácticas en la Residencia Beloso Alto, nos cuenta cómo está siendo su experiencia hasta el momento.

P- Buenos días Elena. Trabajo social, ¿qué le llevó a elegir esta profesión? 

Antes había realizado un Grado Superior, fue al finalizarlo cuando me planteé estudiar en la universidad. Entre todas las posibles carreras que podía tener en mente, pensé que estudiando Trabajo Social era donde mejor me iba a sentir.

P- Cuando la gente le pregunta qué hace una trabajadora social, ¿cómo explica su profesión?

La verdad es que hay bastante desconocimiento sobre este tema. Yo siempre digo que nos dedicamos a ayudar a los demás, a los más vulnerables, a gente que lo necesita. Es cierto que es complicado de describir, porque son múltiples las tareas que un trabajador social puede realizar.

P- ¿Ha realizado prácticas en otros centros antes de llegar a la Residencia Beloso Alto? ¿Por qué decide hacer prácticas en esta residencia?

Estas son las primeras prácticas que realizo como estudiante de Trabajo Social. Dentro de las opciones que tenía, me decidí por la Residencia Beloso Alto porque, la verdad, me encanta trabajar con personas mayores.

P- ¿Cuánto tiempo lleva realizando estas prácticas? ¿Cómo está siendo su experiencia hasta el momento?

Llevo dos meses y medio aproximadamente, y estoy encantada, muy contenta. Desde la primera semana me siento muy cómoda, es un ambiente muy cercano tanto por parte de mis compañeros, como de los propios residentes.

P- ¿Cómo es su trabajo, su día a día en la residencia?

Somos mediadores, conciliadores, ayudamos en trámites burocráticos y administrativos, servimos de apoyo emocional…tenemos un contacto muy cercano tanto con la persona como con su familia.

P- El trabajo con personas mayores puede ser muy duro en ocasiones, ¿cuál considera que es la parte más difícil de tratar con una persona mayor?

Yo, ahora mismo y por mi corta experiencia, veo que es un trabajo muy duro. Tienes que trabajar con emociones y con personas que en muchas ocasiones están sufriendo, porque les han diagnosticado recientemente una enfermedad, o están de duelo por la pérdida de algún ser querido…

P- ¿Y la parte buena?, ¿con qué se queda?

Con el cariño que dan y la ternura que transmiten las personas mayores. Me dan mucha alegría y aprendo mucho de ellos.

P- Después de tres años de carrera y las prácticas ¿sigue manteniendo la misma vocación o ha llegado a pensar que su carrera era otra? 

Aunque ha habido momentos en los que las asignaturas que cursaba no me gustaban demasiado, sigo pensando que es mi carrera, y lo que más me gusta.

P- ¿Cuáles cree que son las cualidades que debe tener un trabajador social? ¿Cualquier persona puede ser válida para ser trabajadora social?

Creo que hay que tener muchas cualidades, sobre todo tener empatía, saber escuchar, paciencia… Cualquier persona que se lo proponga y a la que le guste es capaz de hacerlo.

P- ¿Qué consejos le daría a una persona que tiene en mente estudiar Trabajo Social? ¿Por qué le recomendaría a alguien que estudiara esta carrera?

Por supuesto que lo recomendaría. Yo, al final del día, me siento realizada. Es un trabajo muy gratificante, porque te vas a casa pensando que has hecho algo bueno por alguien que lo necesita.

P- En este periodo de prácticas en Residencia Beloso Alto. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?

Ha cambiado mi mentalidad con respecto a las residencias en general. Creo que tenemos una idea un poco equivocada de las residencias, pero he comprobado que aquí se les da la oportunidad de hacerles sentir como en casa, dándoles unos cuidados y haciendo un seguimiento que es complicado de realizar en sus propios hogares.

P- Una anécdota, divertida o inusual que haya vivido trabajando con personas mayores.

Anécdota, como tal, no, pero sí un caso curioso. Hay una residente que se sabe mi nombre desde el primer día y siempre me llama por él, con un cariño especial. No se le olvida. Sentimos como si nos conociéramos de toda la vida.