Cristina Martín estudió un grado superior de Integración Social y, tras iniciar su andadura con adolescentes y personas con discapacidad, prepara actividades para los residentes de Beloso Alto con el fin de desarrollar sus habilidades, y a la vez se diviertan y pasen un rato agradable.
La animación sociocultural se define como el “conjunto de técnicas sociales que, basadas en una pedagogía participativa, tiene por finalidad promover prácticas y actividades voluntarias, que, con la participación activa de la gente, se desarrollan en el seno de un grupo o comunidad determinada, y se manifiesta en los diferentes ámbitos del desarrollo de la calidad de la vida”, según Ezequiel Ander-Egg, filósofo, ensayista y sociólogo argentino.
La labor de los animadores socioculturales en las residencias no es fácil. Son necesarias capacidades como la empatía y la escucha activa. También es fundamental ser capaz de respetar y comprender al mayor. En su día a día, Cristina atiende y anima a los residentes para que participen en la actividad programada, entre otras, juegos de ocio, como el pasapalabra, manualidades o actividades de estimulación cognitiva, que realizan en grupos en función de su nivel cognitivo.
“Nuestros mayores son personas muy agradecidas, y eso, a mí, me llena. Me siento muy querida y valorada”, señala Cristina. En Residencia Beloso Alto, nuestros profesionales trabajan con el fin de que nuestros mayores puedan mantener sus actividades de vida diaria, así como recibir visitas de sus familiares, un tiempo que se destina para acompañar y disfrutar, y no para atender. Nuestra animadora destaca también la importancia de las “estancias temporales” que ofrece la Residencia, como opción para las familias, ya que permite cierto “respiro” en el cuidado de personas de cierta edad o con cierto deterioro.